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Crítica de «El gran Gatsby» (2013)

8 junio, 2013

Confieso que no he leído la inmortal novela de Scott Fitzgerald. Confieso que apenas recuerdo la adaptación que Robert Redford protagonizó en los 70. Confieso que el grandilocuente y efectista Baz Luhrmann no es precisamente santo de mi devoción. Por eso, este comentario se va a centrar exclusivamente en los valores cinematográficos del último trabajo del director australiano.

Desde los primeros minutos la sombra de Moulin rouge sobrevuela por encima de este Gatsby luhrmaniano y eso lo que deja claro es que, por un lado, se ha dado gran importancia a la música, demasiada para la que debería tener en una película donde lo realmente capital habrían de ser la historia y los personajes, y en segundo lugar, que se ha utilizado un lenguaje audiovisual y unas claves que no casan en absoluto con el hecho de que se está adaptando un clásico de la literatura universal. El estilo de Luhrmann se acerca mucho al exceso, a un barroquismo exacerbado que para quien escribe ya destrozó la eterna historia de los amantes de Verona en una (extremadamente) particular versión de Romeo y Julieta y que tan solo ha funcionado plenamente en la anteriormente citada Moulin rouge, en la que la acertada elección de las canciones adecuadas, cuyas letras servían para narrar la trama, hace de ella su película más redonda regalándole a la vista momentos de gran intensidad, tanto en lo visual como en lo acústico, como ese vibrante número a partir de la versión en tango de Roxanne, el mítico tema de The Police.

Fiesta a lo Moulin Rouge

En El gran Gatsby el director australiano pretende hacer una introducción llena de espectacularidad para presentar a un misterioso protagonista como Jay Gatsby (Leonardo DiCaprio) y al que va a ser el alter ego del espectador, Nick Carraway (Tobey Maguire). A modo de videoclip funciona y como banda sonora las versiones que incluye merecen la pena ser escuchadas como un elemento aparte, independiente de las imágenes, no en vano uno de los productores ejecutivos de la cinta es el músico, y pareja de Beyoncé Knowles, Jay-Z. Sin embargo algo chirría cuando queremos trasladarnos hasta los años 20 del siglo pasado a través de esta estética y esta realización  a ritmo de Amy Winehouse, Lana del Rey, los integrantes de Black Eyed Peas y, como no, los omnipresentes Beyoncé y Jay-Z. Definitivamente El gran Gatsby no es un musical.

sentado con MAguire

Estoy totalmente convencido, a pesar de no haber leído a Scott Fitzgerald, de que el escritor de la generación perdida no reflejó esta historia con el tono semifolletinesco, acercándose peligrosamente al culebrón, con el que el director australiano, coautor del guión, la ha llevado a la gran pantalla. Una gran e intensa historia ha quedado banalizada por la impericia de quien ha pretendido hacerla propia cuando, con un texto universal entre las manos, es lo último a lo que se debería de aspirar, y ya somos reincidentes, ¿verdad señor Luhrmann? La mano del de Nueva Gales del Sur no solo ha estado errada a la hora de escribir, gran parte del desatino se circunscribe a la dirección de actores. Se echa de menos una mayor presencia de un personaje que se antoja interesante, Jordan Baker, que se adivina que puede aportar algo diferente a la trama pero que desaparece antes de lo esperado. El espectador pide más en este sentido tanto del personaje como de la actriz que lo encarna, una desaprovechada Elizabeth Debicki, que aporta frescura y que es una de las sorpresas agradables de la cinta en su segunda aparición en la pantalla grande.

la sorprsa de la peli

Pero donde realmente se aprecia el desfase entre la primera y la segunda parte de El gran Gatsby es en la interpretación de Leonardo DiCaprio. Realmente parecen dos películas distintas. Está totalmente descompensado, pasa de parecer ridículo, excesivo, absurdamente cómico cuando está esperando a que le presenten a Daisy Buchanan, a irradiar una serenidad y una elegancia sin par y ese magnetismo personal e intransferible marca de la casa que le caracteriza hacia el final del metraje, que es justo cuando el filme adquiere una pausa y un poso que no había tenido hasta entonces y que mejora con creces lo visto en las dos horas anteriores. Es como si el golpe que recibió Luhrmann en pleno rodaje con una de las cámaras que iba subida en una grúa le hubiera afectado de tal manera que al reanudar el trabajo tras unos días de interrupción hubiese cambiado por completo su modo de enfocar el tono de la historia. Por mucho que El gran Gatsby hubiera ido a concurso en el pasado Festival de Cannes DiCaprio no hubiese tenido ninguna opción de hacerse con el premio a la mejor interpretación masculina. Curiosamente un actor que participó en el otro Gatsby, el de 1972, junto a  Robert Redford, Bruce Dern, fue quien se llevó el galardón a casa.

DiCaprio con copa

Cuando estaba planteándome escribir sobre esta película se fue repentinamente un amigo que, a sus 72 años, acompañaba al grupo que seguimos los partidos de Osasuna en un céntrico bar madrileño, justo el día anterior a la gran victoria ante el Sevilla que selló la permanencia de los rojillos. Seguro que tu mano estuvo ahí detrás, sentado junto a nosotros en la mesa del Avanty´s y dando un empujón a los rojillos. Adiós amigo Manu, socarrón, fanfarrón, pero con ese punto de ternura y ese encanto inimitables. Te echaremos de menos.

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © 2013 Warner Bros. Pictures, Village Roadshow Pictures, A&E Television Networks, Bazmark Films, Spectrum Films, Red Wagon Entertainment. Cortesía de Warner Bros. España. Reservados todos los derechos.

 

El gran Gatsby

Director: Baz Luhrmann

Intérpretes: Leonardo DiCaprio, Tobey Maguire, Carey Mulligan

Duración: 142 min.

Australia, USA, 2013

From → Estrenos

3 comentarios
  1. Oliveria permalink

    Muchas gracias por tus críticas Manu, da gusto leerlas, son geniales. Yo he visto la peli y he leido el libro y sí que, a pesar de ser los diálogos casi idénticos, el ambiente que se respira en la novela no es el mismo que el que se ha trasladado a la pantalla, y como dices el personaje de Jordan Baker tiene más peso y más sentido en el libro. El cambio de enfoque del que hablas tras el golpe con la cámara muy logrado, jaja. Y sí, no es un musical, si lo hubiese sido no habría estado mal con esa banda sonora, últimamente los musicales son espectaculares.

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  2. Muchas gracias por tus palabras Oliveria. Lo del golpe con la cámara es una anécdota real que me ha servido para hacer un chiste tontotrrón, sin más. Se agradece enormemente el interés que ponéis en este blog y en estas críticas, que las leáis y las comentéis. Eso me anima a sacar tiempo de donde sea para seguir escribiendo. Muchas Gracias por todo, Oliveria.

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  3. José Luis permalink

    Aun cuando sí admiro el trabajo de Luhrmann, siendo del criterio que su Moulin Rouge, ha sido muy subestimada, en este particular, con Gatsby, apostó nada más a un efectismo que da los lujosos decorados y el bellísimo vestuario propio de la época, que no la música, con un inentendible e insufrible Jay-Z, que produce el efecto de unas uñas bajando a traves de un pizarrón. Con estas grandes obras universales, siempre habrá la insatisfacción de que se pudo llegar más a la psicología de los personajes y a la autenticidad de la obra, por eso es muy arriesgado embarcarse en proyectos de esa naturaleza. Aún cuando la muestra del 76, se recuerda mucho por el legendario Robert Redford y por las entonces cotizadas Mia Farrow y Lois Chiles, no hay que olvidar que fue un fracaso de crítica y taquilla, sin contar las dos previas que corrieron peor suerte.

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