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Crítica de «Drive» (2011) – Estreno en España: 28-diciembre-2011

11 abril, 2014

La cámara recorre lentamente la habitación en un plano secuencia descriptivamente narrativo. Es de noche y las ventanas dejan ver las luces de los edificios colindantes. Un tipo nos da la espalda, pelo rubio, viste una llamativa cazadora rematada por un enorme escorpión bordado en hilo dorado y lleva un teléfono móvil en su mano derecha. Su voz suena casi como un susurro. Si me das el lugar y el momento yo te doy una ventana de cinco minutos. Sin importar lo que pase en esos cinco minutos soy tuyo. Pase lo que pase. Un minuto antes o uno más tarde te las tendrás que arreglar como puedas. ¿Está claro? El prólogo de Drive es de esos que imprime carácter, que define de manera diáfana, pero contundente, lo que va a ser una película en los primeros diez minutos. Y no solo por el elegante plano secuencia que la abre y que de paso, como en las buenas narraciones, presenta de forma brillante el personaje al que vamos a acompañar a lo largo de todo el metraje. Sino por los siguientes nueve minutos que suponen toda una clase magistral de cómo se ha de rodar, montar y sonorizar una persecución de coches jugando con el ritmo, con la tensión y con el suspense. La utilización del sonido en esta secuencia y en el resto de la película resulta magistral por su lógica aplastante, por su naturalismo, su cercanía a lo que puede ser el sonido real, sin exageraciones made in Hollywood. Su perfecta simbiosis con la banda sonora subraya y potencia el poderío y el magnetismo de las imágenes sin situarse en ningún momento por encima de ellas, no se trata de un verso libre como en otros filmes, se encuentra totalmente al servicio de la narración.

de espaldas

En la radio del coche se escucha la narración de los últimos minutos de un partido de baloncesto mientras por el walkie del protagonista la frecuencia de la policía le pone sobre aviso de si le han localizado y le están siguiendo. Para completar el concierto el casi imperceptible acompañamiento de la banda sonora que mantiene la tensión al tiempo que los acelerones nos permiten disfrutar de la música del motor del Chevrolet Impala que ruge de forma perfectamente armónica entre las sirenas de los coches de la policía. La iluminación que nos muestra un Los Ángeles nocturno distinto a todo lo que estamos acostumbrados, planos aéreos incluidos, y la pasmosa variedad de encuadres con que se puede fotografiar el interior de un coche completan la conjunción de elementos que unidos por las manos sabias del montador y del mezclador de sonido dan como resultado uno de los más brillantes inicios de película vistos en los últimos años. Y todo esto sin una sola palabra en la boca del protagonista. Cine en estado puro.

coche noche

Los responsables de todo esto. Robert Eber, un veterano con más de 50 títulos a sus espaldas al frente de las mezclas de sonido. Cliff Martínez, el autor de una de las bandas sonoras más utilizadas de todos los tiempos, Réquiem por un sueño, como el compositor de una excepcional partitura, con ecos en las secuencias más íntimas a uno de sus trabajos más personales, Sexo, mentiras y cintas de vídeo. Newton Thomas Sigel, el fulano que fotografió Sospechosos habituales, es el responsable de que la noche angelina resulte tan espectacular y diferente, de que la cámara se deslice tan elegantemente que apenas nos podamos dar cuenta de la coreografía visual que realiza con sus gráciles evoluciones y qué decir de la composición de todos y cada uno de los planos. Mat Newman, el hombre las tijeras, el que ha dado orden y concierto a ese fantástico material rodado, el que hace latir cada secuencia con el ritmo que necesita. Hossein Amini, como el guionista que ha sabido atrapar el espíritu de la novela original de James Sallis para convertirla en una maravillosa mezcla de cine negro contemporáneo, thriller y drama romántico.

ryan con su jefe

Y Nicolas Winding Refn, el director danés que los ha guiado a todos y que ha sabido contar de manera inequívocamente europea una historia genuinamente americana haciendo gala de una marcada personalidad y de un estilo con sello propio, consiguiendo rodar un clásico contemporáneo imperecedero con ecos musicales a los años 80 usando canciones de grupos actuales. Frente a las cámaras quedan ellos, la omnipresente Carey Mulligan, el televisivo Bryan Cranston, un renacido y malo, malísimo Albert Brooks, que está de premio, y, soportando sobre sus espaldas el peso de ese escorpión, Ryan Gosling que, como en la fábula, terminará por hacer aflorar, a medida que se va desarrollando su personaje, su verdadera naturaleza, para bien… o para mal.

beso en ascensor

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © Bold Films, OddLot Entertainment, Marc Platt Productions, Motel Movies. Cortesía de Walt Disney Studios Motion Pictures Spain. Reservados todos los derechos.

 

 

DRIVE

Director: Nicolas Winding Refn

Intérpretes: Ryan Gosling, Carey Mulligan, Albert Brooks

Duración: 100 min.

USA, 2011

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