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Crítica de «El puente de los espías» (2015)

9 diciembre, 2015

Muy pocas veces un par de palabras en un idioma distinto al utilizado para escribir un guión han encerrado tanto significado, el otro caso paradigmático sería Million dollar baby, con la emocionante jaculatoria que Clint Eastwood susurraba, en gaélico, al oído de Hillary Swank: mo chuisle. Stoikiy muzhik, ruso, viene a querer decir “hombre firme” y sintetiza la especial relación que surge entre los dos protagonistas de la película. James Donovan es un abogado que ganó su prestigio en los juicios de Nuremberg y que ahora entrega su talento a una gran aseguradora (Tom Hanks) al que encomiendan la defensa de un espía soviético en suelo estadounidense (Mark Rylance) en la época más cruenta de la Guerra Fría. Este peculiar tipo, Rudolf Abel, británico de padres ruso-alemanes, es quien pronuncia ese apelativo en el idioma de sus ancestros.

 Manu Zapata_El cine (de estreno) fácil de leer_vivazapata.net_EL PUENTE DE LOS ESPÍAS_Tom Hanks y Alan Alda

Un Spielberg juguetonamente referencial consigue transmitir desde el principio la singularidad de este personaje trazado por la inequívoca pluma de los hermanos Coen, coguionistas de la película. El plano de arranque muestra a Abel plasmando su propia imagen en un cuadro utilizando un espejo para capturar de modo fidedigno sus propias facciones, reproduciendo milimétricamente el “Triple autorretrato” de Norman Rockwell, trasladando así una dimensión artística que otorga profundidad a la fascinante personalidad de este fulano de carácter inusualmente tranquilo con el que Rylance presenta su candidatura al Óscar.

 Manu Zapata_El cine (de estreno) fácil de leer_vivazapata.net_EL PUENTE DE LOS ESPÍAS_Tom Hanks y Mark Rylance juicio 2

No nos encontramos ante el típico filme de espías. Spielberg regresa a su faceta más reflexiva, muy celebrada en trabajos como Munich y, sobre todo, Lincoln. Comienza mirando hacia su propia nación, hacia las bases sobre las que se sustenta, hacia su constitución y los derechos civiles para, en la segunda mitad, dirigir su foco, como si se tratase del inquilino del despacho oval, al exterior, a un mundo en descomposición marcado por la construcción del Muro de Berlín. Aunque si escarbamos un poco, en lo más profundo aparece un tratado sobre las convicciones personales, los principios y el sentido del deber, conceptos glosados a través de la complicidad que surge entre personajes tan aparentemente antagónicos como Donovan y Abel.

 Manu Zapata_El cine (de estreno) fácil de leer_vivazapata.net_EL PUENTE DE LOS ESPÍAS_Tom Hanks derechos civiles

Detalles nimios como la falta de fluidez puntual al trasladarse la trama a Alemania y cierto maniqueísmo a la hora de contrastar la diferencia de trato a los prisioneros entre los funcionarios de ambas potencias no deben empañar lo que, sin duda, constituye un interesante largometraje que se enmarca entre las grandes obras del Spielberg más reciente. Una cinta que se enriquece de un texto que no renuncia al sentido del humor en pequeñas dosis a pesar de tratar temas sesudos y de la excelente banda sonora de Thomas Newman, partitura que por primera vez en treinta años no firma John Williams, y que concluye con un magnífico plano-espejo en el que Tom Hanks observa algo por la ventanilla de un tren que cambia su semblante por completo, algo que va íntimamente ligado al significado último de un tema del inmortal Nino Bravo: “Libre”.

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Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright imágenes  © Amblin Entertainment, Dreamworks SKG, Fox 2000 Pictures. Cortesía de Hispano Fox Film. Reservados todos los derechos.

 

El puente de los espías 

Dirección: Steven Spielberg

Guión: Matt Charman, Ethan Coen y Joel Coen

Intérpretes: Tom Hanks, Mark Rylance, Amy Ryan

Fotografía: Janusz Kaminski

Música: Thomas Newman

Duración: 141 min.

Estados Unidos, India, Alemania, 2015

From → Críticas, Estrenos

4 comentarios
  1. Estoy bastante de acuerdo con tu crítica, salvo con el dato de que por primera vez John Williams no colabora con Spielberg. Es la segunda, pues para «El color púrpura» el director contó con Quincy Jones para la banda sonora. Un saludo.

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    • Gracias por tu comentario Luis Miguel. En la crítica creo que me refiero a que es la primera vez en 30 años que la partitura de una película de Spielberg no la firma John Williams, y teniendo en cuenta que El color púrpura es de 1985 creo que la afirmación es correcta. Un saludo.

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  2. Iván Bethencourt permalink

    Una muy buena película, Spielberg consigue captar la atención del espectador manteniendo una interesante tensión psicológica entre sus personajes, además de invitarnos a una seria reflexión sobre los pilares en los que debe asentarse una democracia. ¿Cierto maniqueísmo?, bueno, sin excesos.

    La interpretación de Mark Rylance, una de las mejores que he visto en los últimos tiempos.

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