Crítica de «Trance» (2013)

La espectacular secuencia de arranque de Trance y todo lo que sucede desde ahí hasta la primera hora de metraje responde al más puro estilo Danny Boyle. El británico es capaz de mantenernos pegados a nuestras butacas gracias a ese tremendo oficio que le permite ser uno de los realizadores que mejor sabe utilizar la cámara, el montaje y la música para crear atmósferas, espacios, intriga, inquietud al tiempo que sube al espectador en la montaña rusa del frenesí y la espectacularidad que rodea al robo, casi imposible, de una obra de arte en mitad de una subasta. Y qué mejor que un cuadro del inmortal Goya, “El vuelo de las brujas”, como centro de atención de una película que quiere acercarse al terreno del thriller psicológico. Porque, como bien reflejaba el propio Boyle en la presentación de la película en Madrid, Goya fue el primer pintor que reflejó en sus obras lo que sucede en la mente y más en concreto la oscuridad y lo más turbio que se esconde en el alma humana como reflejan sus caprichos o las impactantes pinturas negras. El tema de la subasta de este cuadro es una licencia que se toma el guión ya que la pintura se encuentra en el Museo del Prado.
El planteamiento de esta historia rezuma brillantez y magnetismo. Se adivina a un Danny Boyle especialmente cómodo manejándose con destreza en medio de una historia tan adulta, probablemente debido a que supuso un respiro, un cambio de tercio, en medio de los dos años en los que estuvo preparando las ceremonias de inauguración y de clausura de los Juegos Olímpicos de Londres. Aprovechó un receso en aquella extenuante tarea de tono más bien blanco y para todos los públicos para sumergirse en una historia diametralmente opuesta argumental y temáticamente. De modo que puede entenderse Trance como un divertimento, un intento de cine negro con toques psicológicos y ciertas ramificaciones eróticas, una película de género sin mayores pretensiones que, por suerte, se encuentra por encima de productos similares que supusieron tremendos blufs en los años 90 como las fallidas El color de la noche o Acosada, pero a años luz de la solidez y el brío de Instinto básico.
Y esa cuesta abajo se inicia en la segunda mitad del filme. Demasiado intrincada, más complicada (innecesariamente) que compleja. El guión quiere jugar a lo espectacular, a lo inesperado, pero lo único que consigue es aturdir y confundir al espectador en una serie de vueltas de tuerca que hacen que el tornillo de las entendederas del común de los mortales termine por pasarse de rosca y que no sirven en absoluto para justificar la supuesta genialidad de la resolución.
El argumento expuesto linealmente apenas daría para un cortometraje ligeramente extendido o tal vez para un mediometraje. El ardid para dilatar la duración se encuentra en la utilización de un recurso que Boyle ha manejado con soltura desde sus inicios, el flashback. Desde los tiempos de Trainspotting, probablemente su mejor trabajo junto a su ópera prima Tumba abierta, el director de Manchester ha demostrado su gusto por esta forma de narrar y su pericia a la hora de utilizarla como bien hemos podido observar en trabajos más recientes, más reconocidos pero menos brillantes, como Slumdog millionare o 127 horas. Gracias a estos saltos adelante y atrás en el tiempo se trata de epatar al público, de introducirlo en una envolvente que, en este caso, en lugar de levantar la película más bien trata de ocultar las carencias de un guión que tras un prometedor punto de partida se pierde irremisiblemente en un mar de dudas. La tela de araña que trata de atrapar el interés del espectador termina por enmarañar a la propia historia. Eso sí, la valentía (y la voluptuosidad) de Rosario Dawson dejarán una huella indeleble en la retina de cualquiera que se acerque a este thriller psicoerótico.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright de las imágenes © 2013 Pathé, Cloud Eight Films, Decibel Films, Film4. Cortesía de 20th Century Fox España. Reservados todos los derechos.
Trance
Director: Danny Boyle
Intérpretes: James McAvoy, Rosario Dawson, Vincent Cassel
Duración: 101 min.
Reino Unido, 2013
Que buena la critica… Te leo para abrir boca y asi decido si me animo a verla o no. Ademas de disfrutar de tu talento leyendote, me fio de tu criterio al cien por cien porque te mojas y, aun siendo prudente, no tienes pelos en la lengua, las cosas claritas se entienden mejor y calan mas. Otro estreno en cartelera tambien se merece algunos comentarios tuyos Manu, «El hombre de acero», para mi el superheroe con mayusculas
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… Para ti seguro que tambien significa mucho, quienes te seguimos hace tiempo hemos visto que la de Superman(u) era tu camiseta fetiche en Saber y Ganar, del que saliste supermagnifico. Por cierto, la promo de Clasicos de la 1 me gusta tanto o mas que las anteriores de la 1, que sugerente, que cracks! (que ya se que tu no has tenido nada que ver pero podrias haber tenido, ya lo has hecho y ojala te toquen mas).
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