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Crítica de «El desafío:Frost contra Nixon» (2008) – Estreno en España: 6-febrero-2009

4 septiembre, 2013

Lo tuyo es puro teatro rezaba el estribillo de la canción de La Lupe que se escuchaba en los créditos finales de Mujeres al borde de un ataque de nervios. Y eso se puede decir de gran número de piezas teatrales que han sido adaptadas a la gran pantalla. Siguen siendo puro teatro filmado, no se han sabido adaptar al medio, son buenos textos, brillantes en ocasiones, excelentemente interpretados, pero siguen siendo teatro. Es como si nos llevamos una cámara, la ponemos frente al escenario y esperamos a que las palabras y los actores hagan el resto. Algunos dirán que el director ha querido dejar el protagonismo al libreto y al estado de gracia de las interpretaciones y ha decidido no interferir.  Paparruchas, que diría Scrooge. Resulta muy fácil ocultar la falta de pericia en la realización detrás de tan endeble argumento.

Nixon saluda a la gente

El cine está lleno de ejemplos de esto y contraejemplos que rebaten por completo tan peregrina justificación. Allá por el año 1992 la crítica se deshizo en elogios hacia Glengarry Glen Ross, corrieron ríos de tinta glosando las impresionantes interpretaciones de Jack Lemmon, Al Pacino, Alec Baldwin y compañía del excelente texto de David Mamet. Un auténtico peñazo rodado en dos decorados con un concepto del lenguaje audiovisual carente de cualquier profundidad. Para ver teatro te vas al teatro, uno paga su entrada para ver cine y todo lo que eso conlleva en cuestión de imagen, sonido y música. A todos los que salivaron ante el estatismo y la sublimación del texto frente a la imagen de la película de James Foley habría que recomendarles que revisasen o viesen por primera vez una obra maestra del cine como La Huella (1972). La última lección de un maestro, Joseph Leo Mankievicz, de cómo adaptar una obra de teatro al cine, en el más difícil todavía, un único escenario, una casa y dos actores, Lawrence Olivier y Michael Caine. Cine por los cuatro costados. Qué manera de colocar y mover la cámara y de utilizar el sonido.

todo el equipop Frost

Curiosamente este año en la excelente cosecha de cine que compite por ganar el Oscar nos hemos encontrado con dos ejemplos similares. Por el lado del teatro filmado, La duda, un excelente texto que ha contado probablemente con el mejor reparto y las mejores interpretaciones de las películas candidatas al Oscar, pero que es totalmente plana en cuestión de realización. Ha sido dirigida por el autor de la obra de teatro y del guión, John Patrick Shanley. Supone su segundo filme en 18 años. Y en el otro extremo El desafío: Frost contra Nixon. Un magnifico libreto adaptado por el propio autor de la obra de teatro Peter Morgan, guionista de la laureada The Queen (2006) y dirigido por un todo terreno, Ron Howard, que es capaz de pasar del cine comercial al más serio y trascendente con una facilidad pasmosa, de El código da Vinci o Ángeles y demonios a Una mente maravillosa o Frost/Nixon.

entrevista

De sus películas “serias” ésta es la más sobria y la mejor de su filmografía sin duda alguna. Gracias a su pericia como realizador y a la ajustada banda sonora de Hans Zimmer ha conseguido trasladar a la gran pantalla esta historia divertida, inteligente, intensa y llena de suspense. El retrato de dos personajes muy distintos a primera vista, un ex presidente de los Estados Unidos ya retirado y una estrella de los talk shows televisivos, que tienen más cosas en común de las que parece. Dos personalidades contradictorias que se encuentran mucho más cerca de lo que hubiesen pensado en la mejor secuencia de la película, una conversación telefónica que nunca existió hecha con alevosía, nocturnidad y cierto toque de embriaguez.

visita a nixon

Michael Sheen y Fank Langella que interpretaron a David Frost y Richard Nixon sobre las tablas, cinco días después de su última representación comenzaron el rodaje sin haber tenido tiempo de quitarse la segunda piel de esos personajes. Lo curioso del tema es que Peter Morgan escribió la obra teatral pensando conscientemente en que no fuese adaptable porque quería que sólo fuese una obra de teatro, pero Ron Howard y los productores le convencieron de lo contrario. Y él mismo se encargó de este guión que retrata más al hombre que al personaje en ambos casos. Asunto de vital importancia cuando se retrata a dos personajes reales.

frost

El Nixon político, además de lo ruin y maquiavélico que pudiera resultar, poseía un gran intelecto todo lo contrario que Frost, a quien no le tomaban como un periodista serio y que era muy inseguro intelectualmente. Por el contrario, no es complicado sentir compasión por el Nixon humano. Para él la vida en sí era difícil, no se fiaba de nadie, no tenía amigos íntimos, se sentía herido, estaba solo. Mientras Frost era un comunicador nato, hacer amigos y caer bien era marca de la casa. Su histórico enfrentamiento se plasmó en una serie de entrevistas televisivas que todavía son el espacio con mayor audiencia de la historia catódica y que han servido para inspirar la obra de teatro y esta película. Un combate de boxeo, una partida de ajedrez, dos hombres enfrentados, cada uno con su equipo detrás. Una batalla entre dos mentes en la que cada uno luchaba por salvar su vida profesional y en la que sólo puede haber un vencedor. Y como telón de fondo la innegable influencia y borrosa responsabilidad del cuarto poder, la televisión, a la hora de influir en la opinión pública.

Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.

Copyright de las imágenes © 2013 Universal Pictures, Imagine Entertainment, Working Title Films, Studio Canal, relativity Media . Cortesía de Universal Pictures International España. Reservados todos los derechos.

 

El desafío: Frost contra Nixon

Director: Ron Howard

Intérpretes: Frank Langella, Michael Sheen, Kevin Bacon

Duración:  122min.

USA, 2008

2 comentarios
  1. Juan Ignacio permalink

    Estoy bastante de acuerdo en lo que has comentado sobre la peli. A mí lo que más me gustó es eso que comentas de que Nixon llega un punto en el que da hasta pena. Es como si lo que él había hecho, lo viera como algo normal. Y la cara que pone Frost – o el actor -, cuando suelta la bomba. Era como de «joder lo que acaba de decir y lo pancho que se ha quedado.» Y, visto con perspectiva, Nixon tampoco fue peor que muchos de sus antecesores o de sus predecesores.
    Y también me gusta el final, como si Nixon aceptara que Frost le hubiera cazado, como algo también normal, porque era la función de la prensa.

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  2. Gracias por tu aportación, Juan Ignacio. Como siempre, certero en tus comentarios.

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