Crítica de «Guerra mundial Z» (2013)

¿Es Guerra mundial Z una película de terror? ¿Se trata de un thriller de suspense? ¿Estamos ante un blockbuster de acción? ¿quizá nos enfrentamos a un filme apocalíptico sobre epidemias? ¿nos metemos de lleno en un drama social? ¿o tal vez asistimos a la adaptación de un best seller? Probablemente sea todo eso, en mayor o menor medida, el problema reside en que este extremo no supone precisamente un punto fuerte sino una indefinición sobre lo que estamos contemplando que hace que la película y el interes que suscita mientras se está viendo se vaya diluyendo como se deshace un azucarillo en la leche. Por desgracia, y digo por desgracia porque uno siempre va al cine con la esperanza de que la historia que va a ver le tome por las solapas y le enganche durante la hora y media larga que va a pasar en aquella sala, por desgracia, decía, Guerra mundial Z no termina de mantenerte en vilo.
Se ve con interés pero sin entusiasmo, se trata de algo más racional que emocional, no sentimos empatía con los personajes, nos da un poco igual lo que les pase, en ese sentido es bastante fría y eso crea cierto desapego, hasta el punto de suscitar la carcajada ante ciertos acontecimientos luctuosos que nos dejan un tanto desorientados. Esta lejanía no dice nada bueno acerca de esa vocación de atrapar la atención del espectador. Si a esto le unimos la dejadez con que está tratado el guión a la hora de ir dando pistas, de poner miguitas de pan, para descubrir el camino que lleve a los protagonistas a dar con el posible antídoto de la pandemia que sufre el mundo entero, empiezan a ser ya demasiadas piedras en el camino que trata de unir al público con la historia. Uno echa de menos esa apelación que tienen otros títulos a la inteligencia del espectador, ese juego ingenioso en el que se le propone averiguar la clave que solucionará el enigma que propone la historia, incluso antes que los propios personajes de la misma. En este caso queda resuelto de forma un tanto simplista, casi, casi, por arte de birlibirloque, con un par de pinceladas que más bien son toscos brochazos.
Para tratarse de un acontecimiento a nivel planetario el último acto de la trama se resuelve de forma meramente testimonial. Se trata de una secuencia intensa, sí, pero al fin y a la postre estamos ante un episodio puntual, una anécdota, un chascarrillo, algo que, aparentemente, nada tiene que ver con la magnitud del resto de lo que se cuenta y que a la postre resulta decepcionante al tiempo que muestra esa falta de conexión entre las distintas partes de la estructura de la película. Algo parecido a lo que sucedía en la segunda parte de La chaqueta metálica, que reducía la guerra de Vietnam a una simple escaramuza en un edificio derruido.
Esa indefinición de la que hablábamos en un principio hace que Guerra mundial Z no llegue a ser tan divertida como esas maravillas de serie Z del George A. Romero más reciente como La tierra de los muertos vivientes o El amanecer de los muertos, o revisiones del género como Bienvenidos a Zombieland. Si la analizamos desde el punto de vista del cine de epidemias, por darle un nombre, no tiene brío ni tensión dramática suficiente, no sabe explotar en beneficio del argumento el hecho de encontrar la cepa 0 que generó toda la pandemia y a partir de la cual se pueda fabricar un antídoto. Como thriller, por ritmo y tensión, se encuentra a años luz de un trabajo brillante e impactante como 28 días después o de aquel drama que exploraba los orígenes del SIDA, En el filo de la duda, pero sobre todo de una película infravalorada, que quedó olvidada en los años 90 pero a la que los años están colocando en su sitio, Estallido. La comparación con medianías como Contagio o con productos que se quedan a medio camino de todos estos géneros como esta Guerra mundial Z deja patente la brillantez de aquel trabajo de Wolfgang Petersen.
Lo mejor del filme, sin duda, ese epílogo narrado de forma elegante y pausada, contrapunto del prólogo vertiginoso de los créditos iniciales. Estos dos elementos unidos a la sobriedad de Marc Forster en la realización, la presencia de Brad Pitt y la resolución de la trama, a pesar de su cariz anecdótico, donde la película recupera el pulso narrativo, no son suficientes para levantar un trabajo que se mueve por la línea de la corrección pero que no es capaz de ir más lejos.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright de las imágenes © 2013 Plan B Entertainment, Apparatus Productions, GK Films, Hemisphere Media Capital, Latina Pictures, Paramount Pictures, Skydance Productions. Cortesía de Paramount Pictures España. Reservados todos los derechos.
Guerra mundial Z
Director: Marc Forster
Intérpretes: Brad Pitt, Mireille Enos, Daniella Kertesz
Duración: 116 min.
USA, Malta 2013