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Crítica de «Las vidas posibles de Mr. Nobody» (2009) – Estreno en España: 23-julio-2010

Una estación de tren pequeña, de esas de localidad británica situada más en el campo que cerca de las grandes aglomeraciones urbanas. Dos adultos, un hombre y una mujer, y de la mano de ambos un niño de apenas nueve años. Una elección imposible, de esas que marcan una vida para siempre.
-Hijo mío, tienes que decidir, ¿quieres venir conmigo o prefieres quedarte con tu padre?
La imagen se congela mientras la voz en off del niño subraya:
-No podemos volver atrás. Por eso es tan difícil elegir. Tienes que tomar la decisión correcta. Mientras no eliges todo sigue siendo posible.
No resulta casual, ni mucho menos, que esta secuencia se produzca cerca de las vías del tren. Una metáfora visual de la línea de la vida que en determinados puntos de inflexión se bifurca en varias alternativas, varias vidas posibles propiciadas por distintas elecciones hechas en un punto clave. Jaco Van Dormael realiza una reflexión sobre el tiempo en sí mismo y las distintas vidas paralelas que podríamos vivir de existir agujeros en el continuo espacio temporal que lo permitiesen. Habla de conceptos como la causalidad, más que la casualidad, de lo que nos acontece, del efecto mariposa, que más o menos viene a decir que todo lo que sucede por mínimo que sea condiciona lo que va a pasar después en lugares remotamente lejanos unos de otros. Toma la teoría del Big Bang como el principio por el cuál el universo y todo lo que sucede dentro de él se encuentra en permanente expansión. Y sitúa en medio de este torbellino de filosofía, de ideas y de ciencia a un individuo al que bautiza como “don nadie”, Mr. Nobody, alguien que no existe, que no ha existido, un conejillo de indias de las generaciones del futuro para estudiar cómo era la vida en las últimas décadas del siglo XX. Lo curioso es que dentro de tanta ciencia ficción y de tanta sofisticación argumental se encuentra una historia desgarradoramente romántica, llena de sentimientos contradictorios, pero rebosante de fuerza dramática. Detrás de toda esta elucubración cientificofilosófica, aparentemente fría y milimétricamente calculada, surgen las palabras, los sentimientos, las emociones, que complementan el conjunto y hacen de ésta una película compleja pero muy interesante por lo que aporta en ambos sentidos.
Uniendo la idea de ver qué hubiese pasado con la vida de este personaje dependiendo de haber tomado unas u otras elecciones y esta especie de historia romántica con mucha ciencia ficción nos viene a la cabeza que podríamos hallarnos ante un híbrido entre la obra maestra de Frank Capra Qué bello es vivir y el maravilloso romanticismo rodeado de excelentes, adecuados y medidos efectos especiales de un clásico moderno como es Olvídate de mí. Las referencias a la película de Capra resultan más que evidentes, ese accidente de un niño con un trineo y esa casa abandonada apuntalada con listones de madera clavados sus ventanas. Aunque tampoco el director belga se olvida de títulos emblemáticos más recientes como Matrix y la directa alusión que hace al “arquitecto”.
Esta profunda reflexión sobre la vida puede resultar de difícil digestión, está claro que no se trata de un entretenimiento de domingo por la tarde, más aún viniendo de un director que espacia mucho sus trabajos, el último de ellos data nada más y nada menos que de 1996. Ante todo se trata de una película que atrapa tanto intelectual como sentimentalmente al espectador inquieto e interesado en historias con cierto poso, de esas que siguen dando vueltas por la mente horas y días después de haberlas disfrutado, un filme desesperadamente romántico cuyo espíritu se puede resumir en dos frases que Van Dormael pone en boca de un Mr. Nobody anciano:
-No tengo miedo de morir. Tengo miedo de no haber vivido lo suficiente.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright de las imágenes © 2012. Pan Europeéne, Virtual Films, Christal Films, Pathé, Canal +. Cortesía de Wanda Vision. Reservados todos los derechos.
Las vidas posibles de Mr. Nobody
Director: Jaco Van Dormael
Intérpretes: Jared Leto, Diane Kruger, Sarah Polley
Duración: 138 min.
Canadá, Bélgica, Francia, Alemania, 2009
From → Hace unos años...
Me encantó esta película y como tú dices es una de esas que no se olvidan y perduran haciéndote reflexionar sobre la vida misma. Director y actor espacian mucho sus trabajos en el tiempo, pero siempre bien escogidos, ahí están del mismo actor Requiem por un sueño, y El club de la lucha..
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Me alegro de que disfrutases tanto como yo con esta maravilla que seguramente pasó desapercibida para mucha gente por la dictadura de la cartelera que apenas mantiene películas de distribuidoras pequeñas una o dos semanas y luego desaparecen.
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Muy buena crítica de la película, te vi en saber y ganar y me sorprendió esta página, me gusta mucho. Esta película me la había recomendado un compañero y me sorprende que no sea tan conocida porque resulta desconcertante pero cuando le coges el hilo se disfruta mucho, por la forma de plantearla y el argumento. Muy buena.
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