Cine Fórum «Muchos hijos, un mono y un castillo» – Tafalla – Asociación Minertea – 15 febrero 2018 – con Manu Zapata

Ayer jueves 15 de febrero este que escribe tuvo el inmenso placer de conducir un cine fórum en Tafalla por primera vez en mucho tiempo. Estos eventos que tanto auge adquirieron en los años 80 desaparecieron por completo y la Asociación Minertea, de la mano de Felisa Sola, ha tenido a bien recuperarlos. Ha sido un verdadero honor que hayan confiado en mí para llevar adelante esta actividad.
En el salón de reuniones del Hotel Beratxa de Tafalla, con un ambiente muy acogedor, en torno a las coquetas mesas redondas adornadas con pastas, cafés, infusiones y algo para picar, se dieron cita 58 personas que de forma muy disciplinada guardaron un exquisito silencio para que el ponente abriese el fuego y diese paso, posteriormente, al entretenido y enriquecedor debate que un documental como Muchos hijos, un mono y un castillo propició.
Tras contar el proceso que sigue un documental desde la idea que lo genera hasta su estreno en cines, que es diametralmente opuesto al de un largometraje de ficción, nos centramos en la todavía más peculiar odisea que dio lugar a tan singular trabajo.
Gustavo Salmerón invirtió 14 años de su vida, 12 de rodaje, de 2003 a 2015, y 2 de montaje, de 2015 a 2017, en dar forma a las 400 horas que tenía entre manos y sacar de ahí, de manera valiente, un canto de amor a su familia, unida a las duras y a las maduras, y un monumento a la grandiosidad y la espontaneidad de Julita, su madre, un torbellino, un personaje en sí misma. 88 minutos que hablan de la vida, o eso nos pareció tras la charla. Una reflexión sobre la vida a través de la muerte. Y más en concreto, a través de las distintas y extrañas ideas sobre la muerte que tiene su progenitora, que en el fondo nunca ha dejado de disfrutar y divertirse por muy complicadas que se le hayan puesto las cosas.
La concurrencia se identificaba con distintos aspectos de Julita y con la manera tan llana y natural que tenía de referirse a trágicos acontecimientos de su familia, el modo en cómo habían vivido la Guerra Civil y el franquismo. Una reflexión que bien se puede aplicar a cualquier persona que sufre las circunstancias de una guerra. Sentido común, al fin y al cabo.
Cada foto antigua, cada recuerdo, deparaba un paralelismo en alguna de las intervinientes que no dudaba en ponerlo en común. Y es que, por muy extravagante que parezca la vida de la familia García-Salmerón, muchos de los que allí compartimos conversación nos podíamos ver reflejados en unos u otros aspectos. En ese Síndrome de Diógenes que de Julita heredaron todos sus hijos, en esa organización caótica de los trasteros o en ese deseo de tener la felicidad que le producía la Navidad a esta madre durante todo el año. Y, cómo no, un secundario de lujo, su marido Antonio. El ying que complementa el Yang. La sensatez, la racionalidad y la paciencia, contrapuesta a la creatividad, el caos y la explosividad.
Como conclusión, que ha merecido la pena que Gustavo Salmerón sacrificase el pudor de contar las interioridades familiares para transmitir una lección de vida a través de lo bueno y lo malo que han sufrido los suyos y nos descubriese a la actriz definitiva, que no es otra que Julita Salmerón.
Copyright del artículo © Manu Zapata Flamarique. Reservados todos los derechos.
Copyright imágenes © Pili Irigalba, Sueños Despiertos. Cortesía de Caramel Films. Reservados todos los derechos.
Me acaba de saltar por aquí tú comentario en el blog, como sigo sin poder comentar por allí, te lo digo por aquí.Enhoraburna por disfrutar ese evento!!!!!
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Enhorabuena Manu!!! Si haces algo similar por Madrid, avísanos antes para que podamos participar. 🙂
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Ojalá.surja la posibilidad. Si surge, lo avisaré en twitter para que se entere todo el mundo
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